Sustainable Coffee Buyers Guide: descifrando el precio justo
Escrito por Carolina Pirola
Desde hace décadas, la industria del café se pregunta qué es exactamente un precio justo. Respuestas como “cualquier cosa por encima del precio de mercado” y “lo que pague Fairtrade” son habituales, pero no ayudan a entablar una conversación útil y con impacto en la cadena de valor.
En una industria en la que la transparencia y la sostenibilidad son cada vez más demandadas (a pesar de que no hay una definición universal de esos términos), es sorprendentemente difícil saber si el precio que se le paga al productor por su café es suficiente para cubrir lo más básico. Esto se debe en parte a que la forma de producir café es diferente en cada finca y cambia de una temporada a otra. Sin embargo, no debíamos solo centrarnos en si los precios cubren los costos de producción, sino si son realmente sostenibles a más largo plazo para los productores.
Con esto en mente, la exportadora de café Azahar Coffee se propuso desarrollar una herramienta que informase a compradores de café con conciencia social sobre los objetivos de ingresos que alcanzarían los productores según los precios que perciben. Tras tres años de recolección manual de datos en los que se hizo seguimiento de los ingresos y costos de producción de caficultores colombianos, la empresa presentó la primera edición de la Sustainable Coffee Buyer’s Guide (Guía de Sostenibilidad para Compradores de Café, o SCBG) en la Expo 2022 de la Asociación de Cafés Especiales (SCA), la cual tuvo lugar el mes pasado.
Definiendo los que es realmente un precio justo para los productores
La herramienta SCBG realiza recomendaciones de precios basadas en cuatro objetivos de ingresos que varían de una región a otra y depende de los costos medios de producción y la producción media:
Precios de Pobreza: los precios que se necesitan para llegar a unos ingresos equivalentes al umbral de pobreza rural en Colombia. “Esto no es un objetivo, sino una llamada de atención”, comenta Vera Espíndola, directora de Iniciativas Estratégicas de Azahar.
Precios Legales: son los precios que le darían al productor unos ingresos similares al salario mínimo de Colombia, más un extra para los costes de sanidad y la pensión.
Precios Dignos: los precios necesarios para que se alcance un salario digno.
Precios de Prosperidad: los precios necesarios para que un productor obtenga un Ingreso Próspero.
Este último objetivo de ingreso refleja lo que el productor tiene que recibir para obtener, de media, un salario digno por los días trabajados, más un 20% extra para ahorrar. Lo más destacable de este objetivo de ingresos es que también contempla un salario digno para los familiares y amigos adultos del productor que también trabajan en la finca. Esto último es algo que normalmente no se tiene en cuenta, pues suele ser trabajo informal. Además, se añade un 20% extra a los costos no destinados a contrataciones de personal para que el productor pueda realizar inversiones en la finca.
“Con esto, esperamos que la gente se anime a ir más allá de solamente hablar sobre si sus precios son suficientemente buenos como para cubrir las necesidades mínimas de los productores y piense si realmente son suficientes para prosperar”, comenta Tyler Youngblood, director ejecutivo de Azahar.
La columna vertebral de la guía es una fórmula que ayuda a los compradores a calcular eso mismo. “Si se conocen al menos tres datos (precio que se le paga al productor, el país y lo que venden), la plataforma que hemos desarrollado permite averiguar cómo de bueno es un precio según los precios necesarios para alcanzar los diferentes objetivos de ingreso”, explica Tyler.
La guía, que es ahora su propia entidad, se compone de tres herramientas: un cuaderno impreso exclusivamente para suscriptores, una plataforma en línea y una aplicación móvil. El lanzamiento de la versión ampliada de la plataforma en línea está previsto para finales de este año, mientras que la app estará disponible para el año próximo. Ambas serán desarrolladas por Cropster. Actualmente, la guía está disponible solamente para Colombia, pero el volumen de México ya se encuentra en la fase de producción. La intención es publicar estas guías de forma anual, también para otros países productores de café.
Un ciclo de compartición de datos que beneficia a todos
Para asegurarse de que los productores reciben por sus datos y tiempo más que la simpe promesa de obtener mejores precios si los compradores utilizan la guía, Cropster ha incluido en la app funcionalidades especiales para los productores: la herramienta les permite introducir sus datos para hacer sus propios cálculos para las operaciones de su finca. El objetivo es que los productores puedan comparar sus propias variables con las variables de su región para saber de forma inmediata qué precios tiene que pedir esa temporada para alcanzar diferentes niveles de ingresos”, comenta Tyler.
Los datos que comparten en la app los productores también alimentan la base de datos de la que se saca la información para hacer los cálculos, lo que aumenta la utilidad de la herramienta. “Mantener los datos actualizados es un gran reto, y ahí es donde entra Cropster”, explica Vera. “No beneficia a nadie si no hacemos nada con esos datos obtenido y no producimos la guía de forma ágil; es por ello que es importante darle un empujón a esta fase de desarrollo tecnológico”. Tyler se muestra de acuerdo: “En el futuro, lo ideal sería que la mayor parte de la información fuese recolectada con una aplicación que le dé feedback inmediato al productor”.
Para que la herramienta sea aún más accesible, la idea es que el precio de la suscripción a la edición impresa cubra los gastos de la tecnología de la guía y así se pueda ofrecer de forma gratuita a los productores.
El punto de partida hacia una conversación más significativa
A menudo, es difícil para compradores y consumidores comprender lo que hay detrás del precio que se les está pidiendo. Vera considera que si la información sobre los costos de producción y los objetivos de ingresos se hacen públicos, se facilitará que los compradores y consumidores acepten un cierto precio. “A veces es difícil que un dato que se recibe al momento tenga sentido, pero si ves [un desglose de los costos de producción y de los objetivos de ingresos de los productores], tal vez sea más fácil tomar una decisión. De nuevo, aquí la tecnología juega un papel importante”.
Sin embargo, el objetivo de la SCBG no es analizar cómo el hecho de mejorar el precio que se paga al productor afecta al resto de la cadena de valor. “La guía es una herramienta precompetitiva que hace recomendaciones a nivel de finca. Lo que ocurra después es algo que tienen que ver los demás”, concluye Tyler. “Al fin y al cabo, lo que nos interesa es averiguar cuánto pueden ganar los productores según los precios que reciban”.